Más de 382.000 hectáreas arrasadas este verano . La devastación forestal en España no es solo un drama ambiental: supone un golpe estructural a la economía. La pérdida del capital natural —bosques, suelos fértiles, biodiversidad, agua y aire limpio— amenaza sectores clave como la agricultura, el turismo, la gestión del agua, la salud pública y la energía.
Capital natural, el activo invisible
El capital natural sostiene silenciosamente la economía española. Su destrucción no es solo ecológica: es contable. Cada hectárea calcinada representa millones en servicios ecosistémicos perdidos, desde la absorción de CO2 hasta la regulación hídrica o la protección contra la erosión.
La falta de gestión forestal convierte los montes en polvorines. El abandono rural deja miles de kilómetros sin vig