En este fatídico mes de agosto, un averno medioambiental contra el que Ourense sigue luchando y que contaría con ella en primera línea coadyuvando a frenar la barbarie y la catástrofe que sufrimos, despedimos a una ourensana que siempre llevó por bandera sus raíces sin perder su inmortal sonrisa.
Marisol

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