Padres que los apoyen. Rutinas domésticas regulares. Creencias reconfortantes. Fuertes conexiones con la comunidad.
Todas estas influencias positivas de la infancia pueden reducir el riesgo de un estudiante universitario de desarrollar un trastorno alimentario, incluso frente a algunas experiencias negativas, según un nuevo estudio.
Este contenido es exclusivo para suscriptores
Para leer esta nota, tenemos un plan especial para ti .
Vive los beneficios de ser suscriptor.
Infórmate con calidad.
Hasta 40% de descuento en tu suscripción.
Por tiempo limitado: Edición de aniversario.
Si ya tienes una suscripción, solo inicia sesión .
Semestral digital "100 años"
$349 $100
$100 al suscribirse, después $349 cada 6 meses
¿Que obtienes?
Edición impresa en digital
Acceso ilimita