Florida amplió a diez el número de penas de muerte consumadas en un año al ejecutar este martes a un veterano de la Fuerza Aérea, Kayle Bates de 67 años, pese a los crecientes cuestionamientos de organizaciones civiles y activistas.

Las autoridades penitenciarias suministraron a Bates la inyección letal a las 18:00 hora local en la Prisión Estatal de Florida en Raiford, en el norte del estado, que concentra más de un tercio de todas las ejecuciones de Estados Unidos este año y que ya había marcado un total de nueve el 31 de julio pasado.

Bates afrontó la pena capital por ser culpable de homicidio en primer grado, robo armado e intento de ataque sexual de Janet White, trabajadora de una oficina de seguros en el condado Bay del norte de Florida el 14 de junio de 1982, según su expedi

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