Hace tiempo que el  tenis  camina de manera inexorable hacia el estrangulamiento . Su calendario, cargado, satura el curso y los tenistas, con  Alcaraz  a la cabeza, han alzado la voz  en más de una ocasión. La acumulación de partidos, los desplazamientos y la falta de descanso son el grueso del argumentario de los tenistas que se completa con la duración de los   Masters 1.000 , extendidos ya a dos semanas en lugar de una como antaño.

El paso de un torneo a otro se ha convertido en una contrarreloj contra el tiempo, la distancia y el descanso. Basta con echar un vistazo a los recientes dobles mixtos del US Open . Pasaron menos de 24 horas desde que Alcaraz se se coronó en Cincinnati hasta que volvió a vestirse de corto en la Arthur Ashe junto a Raducanu . Todo ello con un vuelo de alrededor de dos horas entre medias.

Fue el inicio del calendario estrangulador que tiene Alcaraz por delante y que le llevará, si alcanza las rondas finales en cada torneo, a no tener ni una semana completa de descanso en los próximos dos meses. Su punto de partida será Nueva York , donde disputará el US Open desde el 24 de agosto hasta el 8 de septiembre en caso de llegar a la final. De la Arthur Ashe pasará al Club de Tenis Puente Romano de Marbella , donde disputará la eliminatoria de la Copa Davis contra Dinamarca el 13 y 14 de septiembre.

Volverá a cruzar el Atlántico para estar del 19 al 21 de septiembre en San Francisco y competir en la Laver Cup . En la que, por cierto, será líder de un conjunto europeo en el que no estará Sinner . Tres días después, del 24 al 30 de septiembre, se trasladará a Tokio , su primera vez en el país nipón. Inmediatamente después establecerá su campamento base en Shanghái, del 1 al 12 de octubre.

Y su particular vuelta al mundo concluirá en Riad , con el Six Kings Slam del 15 al 18 de octubre. En menos de dos meses habrá disputado un total de seis torneos con un Grand Slam y un Masters 1.000 entre ellos. Y sus maletas habrán recorrido 31.000 kilómetros, prácticamente la distancia que supone realizar la vuelta al mundo. Tras Riad tendrá una semana de descanso antes de disputar el último Masters 1.000 del año en París del 27 de octubre al 2 de noviembre y las ATP Finals del 9 al 16 de noviembre.

El tenis continúa tensando la cuerda y exprimiendo la gallina de los huevos de oro. Aumento de la duración de los Masters 1.000, de los cuales los tenistas están obligados a competir en ocho de los nueve, y de igual manera en al menos cuatro ATP 500. Alcaraz ya se ha dejado ver por los de Barcelona, Doha, Queen’s y Róterdam . Las treguas del calendario cada vez son menos, por no decir que prácticamente inexistentes más allá del paréntesis entre finales de noviembre y diciembre.

Aunque no es un descanso como tal, pues los tenistas tienen que iniciar la preparación del nuevo curso que se desprecinta con un Grand Slam a las primeras de cambio. La transición de un torneo a otro es mínima , todo va con el piloto automático. Los tenistas protestan, pero asumen y el bucle no para. Por más que el espectáculo se vea dañado con retiradas y lesiones. El sofocón que sufrió Sinner en Cininnati es el último episodio de una serie que lleva años de rodaje.