Poco antes de que se materialice una nueva intervención militar extranjera en Haití, organizaciones sociales y dirigentes populares denuncian el avance de un plan que, aseguran, busca subordinar al país caribeño a los intereses de potencias extranjeras.
La polémica creció tras confirmarse que el empresario estadounidense Erik Prince, fundador de la tristemente célebre empresa militar privada Blackwater, enviará cientos de mercenarios a Haití bajo el argumento de combatir la violencia de pandillas y “restaurar” el sistema de recaudación de impuestos.
«Estamos en contra de la llegada de estos mercenarios que están profundizando el caos que vivimos actualmente», afirmó al medio brasileño, Brasil de Fato el economista y dirigente popular Camille Chalmers, quien calificó la medida como una re