Autók. Desde un todólogo a un aprendiz en curso. Primera y tercera experiencia. Fernando Alonso es una figura mitológica. Tantas generaciones tocadas por un conductor, desde el anciano al enanucho, todos viviendo la lucha incansable; terminará, tal vez no lo logre, pero será una esperanza eterna. La pelea ingrata, tan frecuente como oscura. Pero nos llevó hacia este deporte, tan vital para millones. Verse a tanta cercanía, emociona a ese niño que aún babeaba. Perderse en un circuito, a pesar de los guirazos, es sentir ese motor, oler ese neumático, ir a un más allá interior. La fugacidad de la maquinaria, el caos del directo a pie de pista, la fe incontenida de que Piastri ganara... Sus alrededores se han ido transformando en un universo abarrotado de marketing, nada comparable a lo carnal
Meditación dos: Budapest

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