Las elecciones de octubre se han convertido en un gran plebiscito a favor o en contra de Javier Milei, que el gobierno ha decidido presentar bajo el slogan “Kirchnerismo Nunca Más”. Para obtener la victoria no ha hesitado en colocar a la economía en situación crítica, planchando el dólar para evitar un incremento de los indicadores de inflación y pagando tasas propias de una economía en default para tratar de mantener con vida al carry trade y secar de pesos que podrían orientarse a la compra de la divisa norteamericana. Con estas decisiones ha puesto una bomba de tiempo a la economía real y a los ingresos de la enorme mayoría de los argentinos, sobre todo de los que dependen de un salario formal o informal.
El gobierno sabe que no puede fallar y que su continuidad depende del resultado