Tras varios intentos fallidos por frenar la transformación de México, incluido el golpe de Estado aguado –como se le conoció al intento de una minoría de ministros y ministras de declarar inconstitucional a la propia Constitución, reformada para democratizar al Poder Judicial de la Federación, ocurrido el 5 de noviembre de 2024–, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) realizó su última sesión –de carácter extraordinario– para analizar controversias de la elección judicial.

Al final de dicha sesión, la aún ministra presidenta Norma Lucía Piña Hernández –opositora de la reforma judicial– admitió que su actuar será juzgado por la sociedad y por la historia: “la Suprema Corte ha recorrido un largo camino para construir su legitimidad; no me corresponde a mí valorar en qu

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