En pleno corazón de Los Monegros , donde el paisaje árido se funde con la tradición, José Juan Naya lleva más de tres décadas dedicándose al pastoreo. Su rebaño, compuesto por ovejas de raza Xisqueta, no solo representa una forma de vida, sino también un compromiso con la conservación de una especie en peligro de extinción.
“Empecé de joven, siguiendo los pasos de mi padre, recuerdo que a los 5 años me escapaba de casa cuando oía las esquilas y os aseguro que lo del pastoreo no es solo trabajo, es vocación”, afirma Naya, mientras observa cómo sus ovejas pastan tranquilamente entre los campos de Lamasadera. La Xisqueta, originaria del Pirineo Central, es una raza rústica, resistente y perfectamente adaptada al pastoreo extensivo. Su lana blanca y su carne de ternasco son aprec