Miramos hoy a nuestra catedral. Catedral que antes fue humilde parroquia y que, con mayor o menor grandeza, siempre profesó la advocación por San Juan Bautista. Un nombre y un templo atados a la historia de Albacete desde sus propios orígenes medievales. Ha granizado, y no poco, desde que el 30 de abril de 1241, la fortaleza almohade fue entregada al concejo de Alarcón. Hasta entonces, Al-Basit pudo ser una alquería islámica construida sobre el cerrillo de San Juan, junto a un arroyo y en un enclave de paso para el levante. Cuenta la leyenda que en el mismo lugar donde hoy se alza nuestra catedral se asentó la mezquita del viejo poblado musulmán.
Ladrillo sobre ladrillo, desaparecieron los orígenes. La aldea fue creciendo y en 1375 se segregó de Chinchilla. La villa se construyó frente a