Una conclusión clave de la cumbre en Alaska entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y su par ruso, Vladimir Putin, es que este último quiere congelar la guerra en Ucrania a lo largo de su actual frente a cambio del territorio de la región de Donetsk que Moscú aún no controla.
Rusia controla alrededor del 70% de esa región (óblast), incluida la capital regional del mismo nombre, tras más de una década de combates en los que Donetsk y la vecina Lugansk han estado en el corazón del conflicto.
Si Rusia obtuviera la totalidad de Donetsk, consolidaría su reivindicación internacionalmente no reconocida sobre el óblast, además de evitar nuevas y cuantiosas pérdidas militares.
Para Ucrania, retirarse del oeste de Donetsk significaría una grave pérdida no solo de territorio, con la perspecti