Así como en su momento la designación de Manuel Barreto como director deportivo fue una de las decisiones más trascendentes de la administración Ferrari, la de su reemplazante, Álvaro Barco , tiene la misma importancia. El primero tuvo como principal encargo construir un equipo; el segundo deberá reconstruirlo.
El desastre ante Palmeiras puso al descubierto lo que muchos temíamos y que el fanatizado corazón del hincha (y el ansia de clics de ciertos creadores de contenido) menospreciaban: las diferencias entre la Liga 1 y la élite del fútbol sudamericano son abismales. Ni el hecho de que el Chelsea haya sacado al ‘Verdao’ del Mundial de Clubes con un autogol hizo dudar a los más convencidos.
Barreto ayudó a dar forma al equipo bicampeón. Tuvo errores, algunos de los cuales supo cor