Las llamas no solo devoran árboles, viñedos, pastos o colmenas . También arrasan con la vida invisible que sostiene los ecosistemas. En Galicia, este mes, los incendios forestales han reducido a cenizas miles de hectáreas de monte y, con ellas, el sustento de las abejas. Donde antes había brezo, castaños o carballos , alimento de esas pequeñas productoras de miel, ahora solo quedan troncos negros y suelos estériles . Hablamos de amplias zonas de Valdeorras, Chadrexa de Queixa, Verín o A Mezquita . Para los apicultores, el panorama es desolador: sin flores, no hay néctar; sin néctar, no hay miel; y sin miel, las colmenas que sobrevivieron, no podrán subsistir. Eso, junto con la labor polinizadora que realizan p ara el resto de los frutos.

Tania Salgado, una apicultora de O Bolo

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