El verano es sinónimo de sol, vacaciones y actividades al aire libre, pero también representa una época de riesgos elevados para la salud ocular. Durante estos meses, factores como la radiación ultravioleta, el cloro de las piscinas, el aire seco de los aires acondicionados y el uso de lentes de contacto en ambientes húmedos provocan un aumento significativo de las consultas oftalmológicas.
La exposición prolongada al sol sin protección adecuada puede causar fotoqueratitis , una especie de quemadura en la córnea, así como acelerar el desarrollo de cataratas y degeneración macular
Además, el cloro de las piscinas y la sal del mar alteran la película lagrimal, provocando sequedad ocular , irritación y conjuntivitis. De hecho, la