Cuando comento a otros profesores que permito a los estudiantes durante la clase buscar en su móvil noticias para completar una exposición siempre hay algún profesor que frunce el ceño. Para él, el móvil es sinónimo de distracción, de indisciplina. Pero para los estudiantes , es una puerta al mundo. Vivimos en una paradoja : exigimos a nuestros jóvenes que sean críticos, informados, digitales y luego les prohibimos la herramienta más poderosa que tienen para serlo . El smartphone no es un enemigo del aprendizaje. Es, sencillamente, el lápiz del siglo XXI . Y como tal, debería usarse en clase, no esconderse bajo el pupitre.

Prohibir no educa. Esconder no protege. Al contrario: cuando apartamos el móvil del aula, dejamos que los chicos lo usen sin guía, sin criterio, s

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