Lo que debía ser un partido muy atrapante de fútbol desencadenó un escándalo de proporciones mayúsculas en Avellaneda. Durante el entretiempo del encuentro entre Independiente y Universidad de Chile por Copa Sudamericana comenzaron los desmanes desde ambas parcialidades que llevaron a cancelar lo que restaba de las acciones. De hecho, la presunción indica que no se disputará más.
Algunas fuentes del lugar marcan el inicio de los conflictos cuando los fanáticos trasandinos intentaron trasladarse hacia un sector de la barra rival para adueñarse de algunas banderas y hasta para lanzar una bomba de estruendo. Esto despertó un conflicto generalizado con corridas, empujones, y una avalancha de objetos que volaban desde un lugar a otro. El punto más álgido se dio cuando los violentos del Rojo