Escribe: Eduardo González Viaña

¿Le gustaría a usted entrar en la caja fuerte de un banco y permanecer allí leyendo papeles viejos y, tal vez, mascando un chicle? No, naturalmente. No le estamos proponiendo entrar en ningún lugar peligroso, sino en la Caja de las letras del Instituto Cervantes de Madrid. Se trata de una cámara acorazada que antiguamente sirvió como caja fuerte para el Banco Central.

En la actualidad, si usted penetra allí, encontrará más de mil ochocientas cajas de seguridad que contienen legajos literarios, artísticos y científicos del mundo que habla español.

Estuve allí varias veces en las actuaciones que organizara como agregado cultural del Perú y siempre me recibió la sonrisa y generosidad de Luis García Montero (1958), director del Instituto Cervantes. Luis es e

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