Los teléfonos inteligentes de esta generación son una fuente inagotable de horas de entretenimiento, información al alcance de la mano e interconexión, lo que hace que se hayan convertido casi en una extensión más de nosotros. Sus virtudes son muchas, tantas que los problemas derivados a tanta posibilidad ha hecho que lleguemos a ver gente con claros síntomas de adicción, sin poder pasar demasiado tiempo sin consultarlo, pero también guardan algunos inconvenientes que tienen más que ver con aspectos técnicos.

Los terminales modernos son bastante más caros que antes, aunque no tengas uno de gama alta, y las reparaciones también se tornan más costosas, pero si hay algo que es un quebradero de cabeza es la batería. Su duración suele ser el gran incordio de cualquiera que tenga un dispositivo

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