La noche del miércoles en Avellaneda se transformó en un episodio que ya recorre los principales medios del país trasandino con titulares como “masacre”, “barbarie” y “terror”. El partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y la Universidad de Chile terminó cancelado tras incidentes en la tribuna Sur Alta.

El episodio generó una reacción inmediata en redes sociales y medios de comunicación, evidenciando la gravedad de la situación y la preocupación por la integridad de los hinchas chilenos. La combinación de negligencia en la seguridad y agresión organizada dejó un saldo preocupante.

El repudio se expandió a nivel regional, con críticas tanto hacia la organización del partido como hacia la Conmebol, que fue señalada por no suspender

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