La violencia se tomó las gradas del Estadio Libertadores de América, de la localidad de Avellaneda, en la provincia de Buenos Aires, a partir de los ataques con piedras y palos entre fanáticos de Universidad de Chile y de Independiente que han dejado al menos 10 heridos graves, cerca de 90 detenidos y la suspensión del partido de la Copa Sudamericana.

El encuentro de vuelta de los octavos de final entre Independiente y Universidad de Chile fue suspendido por el árbitro uruguayo Gustavo Tejera en el minuto 48 cuando los equipos empataban 1-1.

Poco después, la Conmebol difundió un comunicado en el que informó de que «en función a la falta de garantías de seguridad por parte del club local y de las autoridades locales de seguridad», el encuentro «queda cancelado».

Los incidentes comenzaron

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