Por SONIA PÉREZ D. y MARÍA VERZA
CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — Proteger la selva que se extiende entre México, Guatemala y Belice va más a allá de la declaración de 5,7 millones de hectáreas como reserva natural en el recién nombrado Corredor Biocultural Gran Selva Maya .
Implica voluntad política y muchos recursos para luchar contra quien la destruye, tanto explotaciones agro-ganaderas, mineras o madereras como el crimen organizado que se mueve por esas tierras, coincidieron todos los involucrados.
Los tres gobiernos se han comprometido a hacerlo pero los retos son muchos y también la desconfianza de algunos sectores dada la destrucción que ya ha habido de gran parte de esta selva — la segunda mayor reserva del continente tras la Amazonía — que guarda el 12% de la biodiversidad mundial