Honda es una de esas marcas que, sin hacer ruido, ha sabido construir una imagen basada en la fiabilidad , la ingeniería inteligente y una fidelidad absoluta a sus principios. Mientras otras marcas se embarcan en transformaciones radicales, Honda ha optado por una evolución pausada pero segura, apostando por la electrificación progresiva, el refinamiento técnico y el respeto por una identidad propia. En los últimos años, el fabricante japonés ha intensificado su apuesta por la tecnología híbrida sin enchufe , como solución intermedia antes del salto al coche 100% eléctrico. La estrategia se resume en una gama muy bien medida, con modelos como el Jazz, el Civic o este HR-V, que hoy protagoniza nuestra prueba.
La última generación del HR-V se lanzó a finales de 2021, pero sigue es