Hace casi 470 millones de años, lo que hoy es Baraya, en el norte del Huila, no estaba cubierto por montañas ni cafetales, sino por un mar cálido y poco profundo donde dominaban las mareas. Allí, en la quebrada La Cascabel, un hallazgo geológico reciente permitió reconstruir ese paisaje perdido y abrir una ventana a una de las etapas más enigmáticas de la historia del país.
El escenario corresponde a la Formación Venado , un conjunto de rocas del periodo Ordovícico (485 a 444 millones de años atrás), que conserva huellas de un ecosistema marino diverso. En esa época los océanos se poblaron de trilobites —desde diminutos ejemplares hasta otros del tamaño de una bandeja—, braquiópodos que alfombraban el fondo marino, algas primitivas y los primeros arrecifes construidos por organismos.
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