Barcelona En octubre hará quince años que Francesc Cots vive en una barraca de pescadores de cala Estreta, en Palamós. "Me quedé sin nada y vine a vivir aquí", dice Quico, como lo conoce popularmente la gente y que ya ronda los 70 años. Antes se había pasado tres años durmiendo en el coche, pero tuvo que venderlo para pasar la manutención a su exmujer y así poder ver a su hija. Vive sin agua ni luz. También sin dinero. Vive de lo que le da la gente que pasa por la cala.

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