Galicia comienza a vislumbrar un horizonte de esperanza tras casi dos semanas de la peor ola de incendios de su historia reciente. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se desplazó hoy al Puesto de Mando Avanzado de Quiroga, en Lugo, para supervisar la situación y trasladar un mensaje de cautela pero también de optimismo. La comunidad afronta ya una fase de «desescalada» en el operativo de extinción , con la previsión de que el personal desplazado desde otras autonomías pueda regresar en los próximos días si la evolución favorable se consolida.

El foco que más preocupa sigue siendo el de Larouco, que se extendió hasta la provincia de Lugo y amenaza el parque natural de O Courel. Rueda lo definió como un «incendio de sexta generación», con un comportamiento extremo que dificulta la l

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