El fútbol sudamericano enfrenta este jueves un nuevo escándalo de violencia en las gradas, tras los feroces enfrentamientos entre hinchas argentinos y chilenos el miércoles en Avellaneda, sur de Buenos Aires, que dejaron más de cien personas detenidas y 19 heridos, tres de ellos de gravedad.

Los embates de la batalla campal en las gradas del Estadio Libertadores de América, sede del partido de octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile , trascendieron el mundo de la pelota.

El ministro del Interior chileno, Álvaro Elizalde, arribó a Buenos Aires por orden del presidente de ese país, Gabriel Boric, para acompañar a los heridos -algunos de arma blanca, según testigos- y supervisar el trato a los arrestados.

El viceministro de Interi

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