En cierto modo, dado que todos comenzamos la vida separados de Dios, cada libro de la Biblia está escrito para los no creyentes, porque eso es lo que somos.
Las Escrituras dicen que nuestro estado original está lejos de ser bueno. David escribió: "He aquí, yo nací en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre" (Salmo 51:5); Job dice: "¿Qué es el hombre, para que sea puro, o el que nace de mujer, para que sea justo?" (Job 15:14); y Jeremías afirma: "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9). Dirigiéndose a los cristianos, Pablo dice de nuestro estado anterior: "Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras" (Colosenses 1:21).
[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora