Ala vuelta del verano nos encontramos con que todo sigue igual, en un mundo que da la impresión de estar empeñado en repetir las mismas tragedias del pasado, pero con diferentes actores. Occidente ha desaprovechado su hegemonía, económica y cultural de los últimos siglos, y no ha logrado construir un sistema internacional con el que la humanidad entera pudiera sentirse identificada y cómoda por pertenecer a él. Rusia, un país en el que la democracia es más una leyenda urbana que una realidad, se ha convertido en la portavoz de quienes se sienten agraviados y excluidos del paraíso occidental. En Estados Unidos han decidido que todo lo que suene a “moderno” es malo, como las vacunas, y que hay que volver a los años en que la solución a los problemas se dirimía en duelos entra pistoleros al e

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