El partido de octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de terminó en caos. En el estadio de Avellaneda se registraron graves disturbios que dejaron 22 heridos —dos en estado grave— y 111 detenidos, la mayoría aficionados chilenos.

Todo comenzó al cierre del primer tiempo, con el marcador 1-1 y la U adelante en el global. Hinchas visitantes arrancaron butacas y trozos de la estructura para lanzarlos hacia la tribuna rival. La tensión escaló cuando un grupo de seguidores de Independiente logró ingresar a la zona de los chilenos y los atacó violentamente. El episodio reavivó la eterna discusión sobre seguridad y barras bravas en Sudamérica .

De Santiago a Miami : violencia que traspasa fronteras

Este no es el primer episodio reciente con

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