La Inteligencia Artificial (IA) ya es un hecho y juega un papel central en la transformación digital tanto de la vida cotidiana como de las empresas de distintos sectores, pero en especial en el sistema financiero. Sus beneficios permiten optimizar recursos, potenciar la innovación y mejorar procesos en múltiples áreas. Sin embargo, también plantea desafíos importantes, como la seguridad de los datos, la ética y los cambios laborales derivados de la automatización.
En el sector financiero, la IA supone un cambio de mentalidad : implica repensar cómo los bancos, y en particular los colaboradores, interactúan con la tecnología, incorporándola al modelo de negocio . Lo más relevante es que este cambio se reflejará cada vez más en la experiencia diaria de los clientes , aunq