El 20 de agosto de 2010, Erica Soriano y Daniel Lagostena acudieron a una consulta médica con un obstetra en el Sanatorio Mater Dei, en Palermo y esa noche, alrededor de las 20.30, regresaron a la vivienda que compartían en la calle Coronel Santiago 1433, en Lanús.

A las 22.13, Erica habló por última vez con una amiga y en esa conversación, la testigo percibió que la pareja mantenía una discusión. A partir de ese momento, la joven nunca volvió a ser vista con vida.

Luego, en la madrugada del 21 de agosto, Lagostena intercambió mensajes con un sobrino con el que no mantenía trato habitual. Horas más tarde, un celular a nombre de la madre de ese joven registró llamadas en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires y en Lanús, en horarios y lugares que llamaron la atención de los investi

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