Aunque quizás pase desapercibido para muchos, gran parte de los vendedores ambulantes que ofrecen productos alimenticios en las calles de la Gran Manzana, tiene en su puesto generadores de gasolina o diesel, con motores de combustión interna, que suman a cada segundo un gran factor contaminante a la ciudad. Ante esta certeza, la Ciudad de Nueva York tiene un camino trazado para poner freno a este tipo específico de emisiones contaminantes que comprometen el futuro de una megaurbe, rodeada de agua y amenazada por las inundaciones, producto del calentamiento global.
Se necesita energía para operar de forma independiente neveras, alimentar planchas eléctricas, freidoras, hornos e incluso encender ventiladores en tiempos de calor infernal. Todo eso pasa por la activación de cientos de