En los confines de la invención debo reconocer la enorme influencia de Ítalo Calvino, el padre de Marcovaldo, de quien algunas cosas diré otro día. Pero muchas cosas provienen de su geografía onírica o literaria, lo cual viene a ser lo mismo, porque a veces podemos escribir nuestros sueños (o al menos nuestros ensueños), y de ahí, de las Ciudades Invisibles, recupero el impulso.

También hay Países Invisibles. Y yo he descubierto uno. Brutopía.

Veamos primero a Calvino:

“Las ciudades invisibles” se presentan como una serie de relatos de viaje que Marco Polo hace a Kublai Kan, emperador de los tártaros. (En la realidad histórica, Kublai, descendiente de Gengis Kan, era emperador de los mongoles, pero en su libro Marco Polo lo llama

Gran Kan de los Tártaros y así quedó en la tradición lit

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