Raphael Graven, el streamer francés de 46 años que murió durante una retransmisión en directo tras días de acoso por parte de otros streamers, no falleció como resultado de un trauma ni de la intervención de un tercero, según han informado las autoridades judiciales de Francia.
El fiscal de Niza que investiga su muerte ha indicado que la autopsia no mostró rastros de lesiones traumáticas que pudieran explicar la muerte, y que las causas probables parecen ser de origen médico o toxicológico.
Se han ordenado análisis adicionales para determinar estas causas, ha añadido el fiscal, señalando que Graven tenía problemas cardíacos y estaba recibiendo tratamiento médico para la glándula tiroides.
En una entrevista publicada este viernes, Clara Chappaz, ministra adjunta de IA y tecnología digi