En la década de los noventa , los niños y adolescentes mexicanos vivieron una época dorada de promociones en la que la diversión se encontraba en las botanas y refrescos de consumo diario. Fue un tiempo en que marcas como Pepsi , Coca-Cola y Sabritas protagonizaron una verdadera batalla por la preferencia de los consumidores, ofreciendo premios que se volvieron objetos de deseo y símbolos de la cultura popular.

Las mecánicas eran simples: j untar corcholatas, estampas o envolturas para después canjearlas en camiones repartidores , videoclubes o tiendas de autoservicio. El resultado fue una explosión de nostalgia que aún hoy se recuerda con cariño.

Sabritas sorprendió al mercado con los famosos sabrimágicos , vasos con portavaso que cambiaban de color al contacto con frío o ca

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