
El Feng Shui es una práctica milenaria en la que todo cuenta: los colores, la distribución de los objetos, la orientación de los muebles, incluso el tipo de planta que hay en casa. Cada detalle influye en la energía que circula por el espacio.
Hay elementos que favorecen el equilibrio, la claridad y el bienestar. Pero también hay objetos que, sin que lo notemos, bloquean ese flujo y acaban afectando al ambiente de forma silenciosa. Se quedan ahí, generando una carga que pesa.
Si lo que uno busca es sentirse ligero, con la energía en movimiento y las ideas más claras, hay un objeto concreto que no debería estar en casa . Ni como adorno, ni por nostalgia, ni porque «queda bonito». Simplemente, no conviene tenerlo cerca.
Este es el objeto que nunca deberías tener en casa, según el Feng Shui
El objeto que nunca deberías de tener en casa es un reloj parado . Un reloj que ya no funciona y sigue ahí, colgado en la pared o apoyado en una estantería como si nada. Para el Feng Shui, eso es más que un objeto sin uso, es una fuente de energía estancada.
Este tipo de relojes simboliza que el tiempo se ha detenido . Y con él, también se detienen las ideas, los proyectos, las oportunidades. Ese bloqueo se mete en casa sin hacer ruido, pero se nota. Empieza por una sensación de apatía, de cansancio que no se va. Luego vienen los retrasos, la falta de claridad, la frustración. Todo se ralentiza.
Además, según esta disciplina, un reloj que no funciona actúa como imán de energías negativas . Rompe la armonía del espacio y desequilibra el ambiente. Incluso puede alterar el estado de ánimo de quienes viven allí, generando ansiedad , desconexión o desánimo sin un motivo claro.
La recomendación es que si un reloj ha dejado de marcar la hora, hay que arreglarlo . Y si no tiene arreglo, mejor retirarlo del todo. No conviene dejarlo ahí como simple decoración. No es neutral, y menos en una filosofía donde cada objeto tiene su carga.
¿Por qué tener objetos rotos en general es malo para el Feng Shui?
El Feng Shui advierte que cualquier objeto roto o deteriorado no pertenecen a un entorno donde se quiera que la energía fluya con libertad. Estos elementos se asocian al estancamiento, al desgaste, a situaciones que no terminan de resolverse.
Un mueble con una pata floja, una lámpara que no enciende, una taza astillada… son pequeños detalles que, sin darnos cuenta, van generando una sensación de caos. Y eso no es sólo visual, también se siente en el ánimo, en la concentración, en la manera en la que se vive el día a día.
Tener en casa objetos rotos es, en cierto modo, una forma de acostumbrarse al desorden o al abandono . Es aceptar que las cosas no funcionen. Y eso acaba afectando, aunque no se vea de inmediato.
Por eso, lo más sensato es revisar lo que hay en cada habitación. Si algo no se puede reparar, mejor soltarlo. Liberar espacio también es liberar energía. Y el cambio se nota.
Puede que muchos no crean en el Feng Shui, pero convivir con objetos que arrastran energía densa nunca es buena idea.