La proyección de Tiburón en una playa de Long Island, donde los espectadores observaban la pantalla desde el agua, marcó una de las experiencias más singulares de este verano en la cartelera estadounidense. Esta tendencia de reestrenos cinematográficos ha cobrado fuerza, con títulos emblemáticos como El cisne negro (2010) y Casper (1995) regresando a las salas. El fenómeno responde tanto a la demanda nostálgica del público como a la necesidad comercial de los estudios de mantener la programación ante la escasez de grandes estrenos.

La estrategia de reponer clásicos en cines ha permitido a los exhibidores llenar vacíos en la cartelera, especialmente tras los retrasos de producciones importantes. The New York Times señala que, en ausencia de estrenos de alto perfil, los

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