La confusión generada por la cumbre de Alaska entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente ruso, Vladimir Putin, así como la cumbre posterior entre Trump y líderes europeos, incluida Ucrania, ha justificado sobradamente la decisión tomada por los miembros no estadounidenses de la OTAN de aumentar el gasto en defensa e intensificar la cooperación en seguridad. Este compromiso permitió a los líderes europeos y ucranianos proponer la compra de decenas de miles de millones de dólares en equipo militar estadounidense como parte de un plan sostenible para la paz en Europa y Ucrania.
Este es el enfoque correcto, tal vez el único, no solo para promover la defensa europea y ucraniana, sino también para reconstruir la cooperación transatlántica en diversos sectores, desd