Las familias argentinas enfrentan cada vez más dificultades para cumplir con sus compromisos financieros. En junio, la morosidad en tarjetas de crédito alcanzó el 4,9%, el segundo nivel más alto desde que el Banco Central (BCRA) comenzó a medir esta variable en 2010. Solo en julio de 2021 se registró un índice superior.
El dato surge del Informe sobre Bancos, publicado por el BCRA, que revela una tendencia preocupante: ocho incrementos consecutivos en el ratio de irregularidad, lo que refleja que los hogares tienen problemas para cubrir con sus ingresos los gastos financieros , una situación que se viene agravando desde febrero.
En el caso de los préstamos personales, la situación no es mejor. Esta línea de crédito mostró la mayor tasa de morosidad entre las familias, al pasar del