Colombia está atrapada en una “bipolaridad económica”. Por un lado, celebramos indicadores coyunturales aparentemente positivos; mientras se cuajan problemas económicos estructurales serios. Esta dualidad plantea serios interrogantes sobre la sostenibilidad económica.

Las cifras oficiales reportan un crecimiento del PIB de apenas 2,1% (IIQ de 2025), sostenido por sectores puntuales como el comercio, actividades artísticas y gasto público. Sin embargo, motores claves como la construcción, industria, minería y petróleo se contraen o crecen poco. La economía crece sobre bases frágiles, mientras actividades esenciales agonizan.

El desempleo ha bajado a un dígito. A primera vista es alentador, pero la calidad del empleo prende las alarmas: la mayoría de nuevos ocupados están en empleos más pr

See Full Page