La ceniza ha tapado por completo el letrero a pie de carretera en el que hasta hace unos días se podía leer Lusio, un diminuto pueblo de l Bierzo arrasado por las llamas. Dicen sus pocos vecinos que es una señal, un adelanto de lo que sucederá: las consecuencias del incendio, que ha reducido sus casas de piedra a escombros y ha calcinado sus huertas familiares, acabarán por borrar –más pronto que tarde– este rincón leonés del mapa.

“¿Quién va a querer empezar aquí de nuevo?”, se pregunta el presidente de la junta vecinal, Antonio Prieto, mientras muestra cómo de la treintena de viviendas de Lusio solo se han salvado siete. La mayoría, de quienes la heredaron de sus padres o abuelos para volver solo durante el verano. “¿Quién va a invertir en levantar algo de las cenizas cuando tienen su o

See Full Page