Recuperar a miles de niños que quedaron bajo la tutela de Rusia tras la invasión es una de las mayores obsesiones de Ucrania

Los niños llegan por turnos y acompañados de sus madres. Unos tras otros van sentándose en la sala de espera del Centro de Protección de los Derechos de la Infancia (CRPC), en Kiev. Antes de 2022, antes de que Rusia lanzara la invasión de Ucrania, el lugar era un popular establecimiento de comida japonesa. El Gobierno instaló allí en 2023 las oficinas del CRPC para coordinar una de las misiones más sensibles de la guerra: devolver a sus familias a los miles de menores que por distintos motivos quedaron atrapados en las regiones ocupadas, y a muchos de los cuales el invasor envió a orfanatos en territorio ruso o entregó en adopción.

Los niños que eran convocados e

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