El sector agropecuario argentino está volviendo a chocar con la realidad de la burocracia estatal, otra vez en un tema crucial para su competitividad: la estrategia de vacunación contra la fiebre aftosa. Mientras el consenso técnico y científico para modernizar el plan de sanidad es casi total, la «decisión política» sigue sin aparecer, demorando una actualización que los productores consideran imperiosa. Lo grave es que, tras ello, hay un poderoso empresario que se resiste «a capa y espada». Hasta ahora, los esfuerzos y buenas intenciones del ministro Sturzenegger no llegaron a buen puerto. La última palabra la tendrá el Presidente para bajar línea en Senasa, una repartición a la que, hasta ahora, no le llegó la motosierra.

«AGGIORNARSE»

La reciente culminación del 14° Congreso de Sanid

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