La imagen de la calle Real y de la calle Torreiro en A Coruña, antaño corazón del comercio textil, ha cambiado de forma radical en apenas una década. Donde antes se agolpaban escaparates de Zara , Pull&Bear o Massimo Dutti , hoy conviven otro tipo de comercios, pero sin rastro de tiendas de Inditex. El pulso de la moda se ha trasladado a unas pocas manzanas, a menos de un kilómetro, a la plaza de Lugo, donde la multinacional ha concentrado sus cadenas. El movimiento no fue casual: el gigante gallego decidió agrupar su oferta en espacios más amplios, modernos y con mayor capacidad de atracción. El resultado no solo transformó el mapa comercial coruñés, sino que dejó al descubierto una realidad más amplia: la moda se ha convertido en uno de los principales ejes del consumo e
El efecto Inditex sitúa a Galicia a la cabeza del gasto en moda en España

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