Lo que antes eran amenazas directas, hoy son actos de manipulación que logran que las víctimas se vean involucradas en ilícitos
La extorsión en el estado ha cambiado de rostro. Lo que antes se basaba en llamadas con amenazas directas, hoy se camufla en estrategias de manipulación que logran que las víctimas, sin darse cuenta, entreguen dinero, bienes o incluso participen en delitos.
De acuerdo con el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana estatal, Jesús Juárez Hernández, se han documentado casos donde los grupos delictivos ya no recurren al pánico inmediato, sino a historias falsas cuidadosamente construidas. “Fingen una situación urgente, como una mudanza inesperada, la necesidad de pagar un abogado o una emergencia médica. Las personas creen que están ayudando a alguien cercano