A pesar de que algunos apuntan a intereses económicos detrás de los incendios forestales, lo cierto es que la legislación estatal y autonómica es clara: tras un fuego no se puede alterar el uso del suelo. La prioridad es la restauración de los terrenos quemados.
Tras un incendio, el uso del suelo no cambia
La Ley de Montes y la Ley extremeña del sector agrario establecen que los planes urbanísticos o de gestión del suelo se mantienen intactos después de un incendio. "El hecho de que haya habido un fuego no modifica la planificación previa ni los usos contemplados. Si el terreno era forestal, deberá seguir siéndolo durante al menos 30 años", explica Joan Pons, jurista ambiental en el despacho Insta de Cáceres.
Esto significa que no se puede recalificar un monte quemado para urbanizar,