La naturaleza, la acción del ser humano, los caprichos de la división política de las provincias en la Patagonia y la enorme falta de planificación de Neuquén, confluyen en la creación de un cuello de botella de difícil solución. No existe un camino (ni la posibilidad sencilla de crearlo) que lleve a lo que todos llaman Vaca Muerta (esencialmente, la ciudad de Añelo) de manera franca, segura, ágil, fluida y acorde a la zona que se menciona como futuro de nuestro país.
La solución que en todo el mundo se impone es la construcción de autopistas o autovías, con más de un carril por mano y salidas y entradas acotadas. Y ahora que se instaló desde el Gobierno nacional la promoción de los camiones “bitrenes” (dos acoplados), esas alternativas ganan en urgencia.
Este tipo de ensanche presen