Todo comenzó en un andén de Cercanías, con una despedida a gritos y la voz rasgada de Bebe sonando de fondo. “ No me digas que me quieres, no me lo digas nunca más, te lo suplico ”, gritaba La Juani, con los ojos encendidos y el alma en huida. Detrás quedaba Dani Martín, suplicando desde el andén, mientras ella se perdía en el interior del tren. En ese momento no solo nacía una escena icónica del cine español, también una actriz que ya nunca podría separarse del personaje que la lanzó al mundo.

Porque si bien Verónica Echegui ya había dado sus primeros pasos en televisión y cine, fue allí —entre raíles y chándales del Bershka— donde empezó de verdad. La Juani no era solo un personaje: era un grito de independencia, de ambición, de rabia y de ternura. Y Verónica, con 23 años, supo interp

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