La Amazonia no solo es la selva tropical más grande del mundo. También es un motor vital del ciclo del agua, capaz de generar sus propias precipitaciones incluso durante los períodos más secos del año .
Según un estudio reciente publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences ( PNAS ), la vegetación local juega un papel activo en la devolución de humedad a la atmósfera a través de un proceso continuo de transpiración. Este fenómeno se produce cuando los árboles absorben agua del suelo a través de las raíces y la liberan por las hojas en forma de vapor. Este vapor, a su vez, alimenta los llamados «ríos voladores», corrientes invisibles que transportan la humedad y contribuyen a las lluvias en diferentes partes del país.
Durante la estación seca,